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Un servicio de delivery para tender puentes

  • on septiembre 3, 2021
amigas jóvenes cubanas sonreindo jugando con mochilas del servicio de delivery mandao en La Habana, Cuba

Desde que comenzó a dar pedales por La Habana, en septiembre de 2019, Mandao ya se identificaba como un negocio de mensajerí­a cubana sencilla, rápida y segura. Dos años después seguimos dando pedales. Con nuestras motos eléctricas hemos evolucionado hacia el popular servicio de delivery que llena calles y avenidas y resuelve más de un apuro. Ya no sólo de comida se trata. 

Mujeres cubanas jóvenes sonriendo con las mochilas del servicio de delivery de Mandao, en La Habana, Cuba
Mandao, más que un servicio de delivery

Transformar la concepción del abuelito con sus bolsas saliendo de la bodega como imagen popular de hacer los mandados, ha surtido un efecto positivo. Las mochilas cuadradas de característico amarillo son una visión recurrente en las cuatro provincias donde opera Mandao: La Habana, Matanzas, Cienfuegos y Holguín. Dichas bolsas facilitan la transportación y calidad de los productos: su interior, con compartimentos térmicos. Estas aseguran la entrega en óptimas condiciones de cualquier artí­culo, y garantiza la seguridad de nuestros mandaderos.

Una marca en camino a la sostenibilidad

Hablando de bolsas, cómo no mencionar las bolsas ecológicas de El Mercadito, nuestro establecimiento que ofrece las opciones más variadas para llenar las cocinas de La Habana. Estas bolsas negras, hechas completamente de plástico reciclado, también forman parte de la imagen y cultura de Mandao. Además, al ser reutilizables, ya son conocidas en todo tipo de mandaos de La Habana. 

Y esta no es la única manera en la que Mandao es consciente con el Medio Ambiente: los catauros donde entregamos los productos de la finca están confeccionados con yaguas secas, continuamos nuestro delivery con mandaderos en bici, reciclamos los envases que nos devuelven nuestros clientes, participamos en campañas grandes de reciclaje, y muchas otras acciones que cada dí­a nos ayudan a avanzar a ser una marca sostenible con impacto en el cuidado de nuestro medio ambiente. Porque la sostenibilidad forma ya parte de nuestro estilo de vida, de nuestra forma de existir.

Catauros ecológicos de las Cestas del servicio de delivery Mandao en La Habana Cuba
Catauros ecológicos de las Cestas de Mandao

Más que un servicio de delivery

La misión de Mandao va más allá del simple voy a pedirme algo. A través de nuestro servicio de entrega de alimentos unimos a amigos, familias y comunidades sobrepasando los lí­mites de las fronteras; estamos entregando remesas en forma de servicios, lo que hace más fácil cuidar de los demás incluso cuando están lejos, como nos definimos en nuestro sitio web. 

El objetivo fundamental de este colectivo, tan mixto y rico como un ajiaco cubano, consiste en “conectar a las personas a través de las cosas que necesitan». Por tanto, en nuestro trabajo expandimos nuestras lí­neas de negocio para cubrir esa misión. Es por eso que empezamos repartiendo comida de restaurantes y hoy, además, ya tenemos los Agros, las Cestas, la Finca y El Mercadito. 

Una misión que se expande

Algo muy positivo que caracteriza a Mandao y quizá pasa imperceptible ante los ojos de nuestros usuarios, ha sido su capacidad de generar empleos, contribuir al bienestar de las familias de los miembros del equipo y de apoyar a otros negocios en la mantención de los suyos en medio de un desfavorable escenario epidémico; y no solo en La Habana, ya rodamos por Matanzas, Varadero, Santa Marta, Cárdenas, Holguí­n y Cienfuegos.  

Mochila del servicio de delivery Mandao en la arena de la playa de Varadero, con vista del mar en Matanzas, Cuba
Mandao, servicio de delivery llegando a las playas de Varadero

Mandao también piensa en grande y cubre nuevos espacios para mejorar la experiencia de nuestros usuarios y serles cada dí­a más útil. ¡Así­ nace Mandao Express! Ahora también puedes enviar con nosotros paquetes, comidas hechas en casa, documentos, herramientas, algo que dejaste en casa o el trabajo, vaya, ¡lo que se te quedó regado!

Y seguimos porque con Mandao… el cielo es el límite. 

   

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